viernes, 14 de junio de 2013

TRADICIONES DE NUESTRO MUNICIPIO


Las marzas

También el valle de Toranzo conoce estos romances petitorios. El último día de febrero los mozos iban de casa en casa y preguntaban si los vecinos querían que cantasen o rezasen, dado el caso de que se hubiera producido alguna defunción entre los habitantes de la vivienda. Las marzas eran interpretadas sin acompañamiento, y venían a festejar el final del invierno. Servían a los jóvenes que las entonaban para reunir dinero con el que celebrar alguna comida.


Traje de torancesa

El dibujante Gustavo Cotera ha reconstruido el traje que las mujeres de Toranzo utilizaban en el siglo XIX. El elemento más singular de este traje es la saya, que llegaba a alcanzar los cuatro metros de vuelo, fabricada en estameña o bayeta, en color morado, marrón o negro; se llevaba echado sobre la cabeza o los hombros. Otras piezas que incluían estos trajes eran la camisa de lienzo, que alcanzaba la mitad de la pierna; un refajo adornado en bayeta o sayalete, de color vivo con una o varias bandas de terciopelo o seda labrada negra, a la altura de las rodillas; y un corpiño de lienzo, lanilla o terciopelo cerrado por delante con cordones o cintas, cubierto por un pañuelo de colores.




Conjuros para detener tormentas

Se han documentado distintas fórmulas mágicas recitadas por los habitantes del valle y su entorno, cuando tenían lugar tormentas, que en ocasiones venían acompañadas de riadas de consecuencias desastrosas. En Pando se recogió una trasmitida por un pastor que decía lo siguiente «¡Tente nublo, tente tú!// Que Dios puede más que tú. Si eres agua, ven acá. Si eres piedra, estate allá». Un conjuro muy similar era declamado por el sacristán de Castillo Pedroso desde la torre de la iglesia, mientras éste hacía repicar las campanas


Bizcocho

En el año 1589 los molinos del valle de Toranzo se pusieron al servicio de la Corona y estuvieron dedicados a moler trigo para elaborar bizcocho, con el que abastecer las naves de la Armada. El popular bizcocho que se prepara en la actualidad poco tiene que ver con aquél, dieta básica del marino de la Edad Moderna, que consistía en una dura y seca torta de pan, cocida dos veces a fin de que se conservara.


Daniela y Laura López